Sebastián tiene una lesión cerebral de nacimiento y habla despacio, aunque con mucha claridad: cree que lo de Barcelona fue "un ensayo" que ha servido para que las autoridades se den cuenta de que los acampados -y aquellos que les secundan- tienen "demasiado apoyo popular"; y muy variado. Opina que había orden de cargar, "algo que no se ha desmentido".
No le molesta que su imagen se haya difundido en Internet o en la prensa, pero sí la actitud, entre otros, del conseller Felip Puig. "Dijo algo que era mentira, nadie me estaba defendiendo o protegiendo. ¿De qué? ¿de mis compañeros con los que llevaba trabajando una semana con toda la ilusión? Evidentemente, no. ¿De la manipulación? ¿de la que ellos han hecho?; esto me ha dejado un poco de mal sabor de boca". No le gusta tampoco que su condición de persona en silla de ruedas sea lo relevante de la foto: "Con la de heridos que hubo, todo el mundo se fijó en mi". Él no fue agredido físicamente -su silla sí resultó dañada-, pero está discutiendo con la comisión jurídica de la acampada si emprender o no alguna acción legal.
Fuente texto e imágenes:+20minutos.es
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